Llegar al orgasmo, masculino y femenino, a la vez, es posible, aunque a veces no lo parezca. Tan sólo debes saber gestionar tu intuición y tus habilidades para saber qué es lo que más le está excitando en cada momento a tu pareja.
Es sabido por todos que las mujeres reclaman más atención por nuestra parte en las relaciones íntimas, ya que, a veces pecamos de egoístas y nos preocupamos más por llegar nosotros al clímax que por hacer disfrutar del momento a nuestra chica.
La diferencia entre ambos está en la percepción de las cosas. Lo que para ti puede ser exclusivamente carnal y se alivia con la penetración, para ella, por el contrario, el camino hacia el éxtasis es un sumatorio de varios factores que le ayudan a alcanzar la eyaculación, sin necesidad de producirse la penetración.
Por lo general, las mujeres tienen la piel más sensible y sensitiva que nosotros. Lo ideal es que juegues con todas las partes de su cuerpo y el tuyo para que la estimulación no se centre únicamente en el aparato genital.
Es muy importante que antes, durante y después del mantenimiento de las relaciones sexuales le preguntes aquello que le gusta y lo que no, ya que, aspectos como el tono de su voz o el ritmo del habla son indicadores que te ayudarán a explorar aquellas acciones que le están provocando más excitación.
Tómate tu tiempo antes de llegar a la penetración, juega con tu boca, besos, muchos besos, con lengua, sin ella, babosos o secos, de todo tipo.
Combínalo con el tacto, roza todo tu cuerpo contra el suyo en aquellas zonas en las que ves que está ascendiendo en la escalera del placer, utilizad aceites o lubricantes, para que la temperatura corporal vaya poco a poco creciendo, pero aplícaselo con tu propio cuerpo, prueba algo diferente a las manos, como los pies.
Debes ser consciente de que en el acto sexual no hay normas escritas, a pesar de que hay algunas zonas erógenas que se sabe que excitan especialmente a una mujer, como sus senos, el código del placer es diferente para cada una de ellas y descubrir el de la chica que tienes al lado en ese momento debe ser tu morboso reto.
El clítoris, otra de las zonas más erógenas de la mujer sino la más, debes mantenerlo siempre presente para cada movimiento que lleves a cabo. Es el equivalente a tu glande, cuanto más te succionan esa zona, antes llegas al orgasmo, ¿verdad? Pues para ellas un tío “top” es aquel que sabe hacerles un buen cunnilingus.
Tócalo sutilmente y no directamente, para ti también será excitante ver como ella te ruega expresivamente que llegues al clítoris mientras le chupas las zonas de alrededor.
No se trata de que toques un trozo más de piel sino más bien se trata de que consideres el clítoris como el punto medio del campo de juego, en el que alrededor están sucediendo varias cosas a la vez.
Cambia de postura para estimularlo, puedes ponerte delante de ella abierta de piernas, mientras le miras a los ojos fijamente, como si fueras su “perrito”, o también podéis hacer un 69 mientras juegas con tus manos en su periné, eso sí que no falla.
Dile lo bonita que es y lo que te encanta cómo lo está haciendo, eso le ayudará a relajarse y disfrutar aún más de todo lo que le estás haciendo. El hecho de que ella disfrute para nosotros es una reconfirmación de nuestros dotes y eso nos sube la moral, ¡y mucho!, para qué engañarnos…
Como comentábamos, cada mujer es un mundo, por ello, otra de las cosas que puedes experimentar, siempre y cuando ella acceda, es el sadomasoquismo “versión usuario”. Darle pequeños azotes en las nalgas, morderle sutilmente la oreja o el pezón, o tirarle del pelo son cosas que pueden llegar a excitar muchísimo a una mujer que le gusta sentirse dominada en las relaciones sexuales.
Puedes hacer también una combinación de los roles, primero dale un poco de caña, siendo tu el dominante de la situación y, a continuación, le dejas a ella que tome ese papel para ir excitándonos, mutuamente, poco a poco, manteniendo las ganas hasta el final.
La expresividad es muy importante para ellas, no dejes de mirarle a los ojos todo el rato para que se sienta tu centro de atención, si te distraes lo notará y le puedes bajar el calentón, susúrrale al oído cosas que sabes que le excitan, realza las partes de su cuerpo que le hacen sentir insegura.
Por último, pero no menos importante, el dinamismo, cambia de postura constantemente y no te estanques en ninguna, aunque estés muy a gusto con una postura, siempre hay otra que le puede excitar más y hacerle llegar antes al orgasmo femenino, lo novedoso atrae.
