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Todo sobre «tus dotes de amante»

¿Cómo ser el mejor amante?

En la sociedad, todavía hoy existen aspectos de nuestra naturaleza humana que, a pesar de ser compartidos por todos los seres vivos de La Tierra diariamente, hay ciertas situaciones sociales en las que entrar en materia se convierte en un tabú.

Siendo sinceros, de noche y, con un par de copas de más, todos somos los “mejores en la cama”, pero, esta expresión que tanto utilizamos para alardear de nuestros dotes de amante ¿Qué significa realmente? ¿Existe algún criterio que determine quién es bueno o malo en la cama? Para tu tranquilidad, sí, y no es tu tamaño ni tu aguante. Con el paso de los años y, debido a los estigmas sociales, hemos ido reduciendo el acto sexual a 2 simples conceptos: penetración y genitales; ¡Ahí está el fallo!

Nosotros a veces podemos parecer bestias hambrientas obcecadas por conseguir una presa y eso es debido a la necesidad impuesta que hemos adquirido de considerar nuestros “goles” como méritos personales, es decir, el que mas tías ha metido en su cama es el mejor amante. ¡ERROR! ¡Calidad antes que cantidad! Seguro que alguna vez te has dicho a ti mismo “Que poco he disfrutado de la vida…” asociando el disfrutar de la vida al número de chicas que has conocido, pero, realmente, los que cambian
de compañera cada noche, y está demostrado, se debe precisamente a una profunda insatisfacción sexual.

Esto es fruto del aburrimiento que genera el “monotonizar” un acto en el que simplemente se produce el coito, es decir, para ese tipo de personas el acto sexual empieza y termina con la penetración. De nuevo, ¡ERROR!
Las mujeres necesitan cariño, delicadeza y dedicación y, eso, nosotros podemos dárselo. Podríamos hacer un listado de tips sexuales pero lo que queremos que entiendas es precisamente que no existe una única manera óptima de mantener relaciones sexuales, ni un orden prestablecido, simplemente debes dejarte llevar y experimentar todo aquello que te apetezca o se te ocurra con tu chica.

De esa forma entraréis los dos en una espiral de éxtasis que solo culminará con la eyaculación. Aunque bueno, si aún tienes fuerzas para más, ¡adelante! ¿Quién ha dicho que lo más cómodo sea lo mejor? Si te gusta el morbo, antes de ir a la cama, mientras ella te desnuda a ti y tú la desnudas a ella, llévatela a la ducha, báñate con ella mientras rozas su cuerpo contra el tuyo suavemente, bajo la caída del agua caliente. Estás besándola mientras le introduces el dedo medio de tu mano en su vagina y, al mismo tiempo, con el pulgar vas estimulando su clítoris, pero sin prisas, no se lo des todo de primeras, debe saber que lo
mejor está aún por llegar.

Una vez en la cama, prepara una buena decoración con velas amarillas y, si hace falta, ¡pétalos de rosa incluso! Sí, sí, para que el entorno acabe de climatizar el ambiente erótico. Susúrrale al oído. Lame todo su cuerpo, lentamente y con delicadeza, sobre todo presta especial atención en aquellas zonas erógenas como los pezones. Masajea sus senos, como si fueran huevos que pueden romperse, con una mano, mientras con la otra acaricias su cara y su pelo. No dejes de utilizar todo tu cuerpo, juega con los pies, con las posturas, con el ritmo.

La clave del éxito está en conocer a la otra persona, saber utilizar tu inteligencia y vuestra confianza, para saber qué, cuándo y cómo hacer cada cosa. Todo ello te ayudará a conocer mejor a tu pareja y también a ti mismo. De esa forma, romperéis obstáculos e inseguridades y te permitirá, entonces sí, ser el mejor amante.